El pasado enero, la ministra de Ciencia, Innovación y Universidades, Diana Morant, visitó el Centro de Tecnología Nanofotónica de la UPV. Este evento se debió a que dicho centro recibió un aporte de 2 millones de euros con el fin de reforzar su capacidad para la fabricación de chips fotónicos dentro del programa europeo PERTE chip.
Estos microcircuitos los utilizamos en muchas industrias de distintos sectores productivos e, incluso, en ciberseguridad. Por esta razón, siempre estamos pendientes de los avances de nuestros investigadores más punteros: más pronto que tarde nos beneficiaremos de su trabajo. Os hablamos de esta nanotecnología.
De un modo sencillo, podemos definirla como la ciencia que estudia las interacciones entre la luz y la materia a escala nanométrica. Además, al igual que ocurre con otras nanotecnologías, también se dedica a la fabricación de nanoestructuras que procesan ondas de luz. Por tanto, hablamos de una disciplina con un fuerte componente teórico, pero a la vez, con infinidad de aplicaciones.
Como bien sabéis, la interacción de la luz con la materia puede ocasionar tres fenómenos diferentes: la reflexión, la transmisión y la absorción. De los dos primeros, se ocupa muy bien la Óptica y la teoría ondulatoria clásica. Sin embargo, la absorción es más compleja a pesar de que, gracias a ella, distinguimos los colores, por ejemplo, en la escala macroscópica.
A nivel de fotones, la absorción significa que su energía se ha cedido a otras partículas, como los electrones. A su vez, mediante distintos procesos, se puede transformar en reemisión de otros fotones, en calor, en fonón y en plasmón.
Así, el plasmón constituye la cuantización de las oscilaciones de plasma en escalas nanométricas. Es imprescindible para la comprensión de la interacción entre la luz y la materia a estos niveles.
En esta línea y en el caso particular de la interfaz formada por un metal y un dieléctrico, este plasmón recibe el nombre de plasmón polaritón de superficie o PPS. Es un concepto relevante, ya que las propiedades ópticas de los sistemas nanoestructurados están dominadas por los efectos en superficie.
Se clasifican en tres grupos:
Se resumen en tres:
Nada más que con estas tres ventajas es fácil deducir lo que supone para la domótica y el IoT. Por supuesto, tampoco podemos ignorar la buena relación entre costes y beneficios a nivel empresarial con los importantes ahorros que proporciona. Para las empresas, supone un incremento de productividad, competitividad y rentabilidad a un precio menor. Y todo ello, dentro de un mundo mucho más sostenible y cuidadoso con el medioambiente. De hecho, ya se habla de inteligencia ambiental cuando hablamos del uso generalizado de las nanotecnologías.
Por otro lado, además de su valiosa aportación para la detección del cáncer, en el mundo farmacéutico, permitirá la medicación personalizada para cada paciente.
Los centros de investigación o los institutos universitarios constituyen el mejor vehículo para conectar la vida universitaria con las necesidades de la empresa y la sociedad. Por esta razón, siempre prestamos especial atención a sus logros. Sabemos que, de un modo u otro, nos acabarán alcanzando.
Este centro adscrito a la UPV nació con esa vocación de transferir esta tecnología a la industria. Para ello, cuenta con diferentes líneas de investigación que van desde el estudio de los materiales hasta la fabricación de nanoestructuras fundamentadas en guías de alto contraste y cristales fotónicos planares. Todo eso con una especial dedicación al silicio y las funciones que actualmente desempeña.
En consecuencia, los avances de este centro encuentran aplicación en diferentes campos, como las telecomunicaciones, en los sistemas de radio, en defensa o en sensores, entre otras cosas.
Además de la labor investigadora y de fabricación de nanomateriales, también presta servicios a empresas tecnológicas o a aquellas que lo necesiten. En concreto, dan servicios de nanofabricación de estructuras en obleas de silicio. Cuentan con mucha experiencia en el diseño de sistemas fotónicos para la fabricación de dispositivos ópticos, como filtros, sensores, acopladores, compensadores de dispersión, etc.
Así pues, la nanofotónica es una de esas tecnologías que ya está dando mucho que hablar y que procurará un importante ahorro a nuestras pymes, reduciendo los gastos en suministros y también el tamaño de los dispositivos. Por otra parte, al acelerar la velocidad de los equipos, se incrementa la productividad y, con ella, la rentabilidad de nuestras empresas. Si os interesa manteneros al día con estos temas, consultad nuestra agenda.
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