El sector de la nanotecnología es una realidad con un gran futuro. Sus ideas y propuestas ya no son propias de la ciencia ficción, sino que se han materializado en numerosos productos. Desde medicamentos hasta novedosos diseños electrónicos, tiene un prometedor porvenir. No obstante, para emprender un negocio exitoso, tienes que saber los pasos que debes dar.
Emprender en nanotecnología tiene sus particularidades, entre las que destaca su alta innovación y capacidad disruptiva. Un producto novedoso y que aporte valor puede transformar por completo un mercado o, directamente, crear uno nuevo. Esto hace que numerosos inversores se lancen a buscar negocios prometedores a los que apoyar.
Pero no pienses que el sector está exento de obstáculos o dificultades. Ten en cuenta que una de sus barreras de entrada es el capital humano. Sin un equipo con una formación exhaustiva y una determinada especialización, es difícil empezar a competir. Además, el coste de la investigación y el desarrollo de nuevos productos o servicios llega a ser muy alto. Al fin y al cabo, no hay una garantía absoluta de que una línea prometedora tenga aplicación práctica.
Junto con lo anterior, las regulaciones cambian con rapidez, por lo que es indispensable seguir su evolución y asegurar su cumplimiento. Un error puede acabar con años de investigación, lo que significa que los inversores saldrán perjudicados. Asimismo, se debe garantizar la seguridad de los productos que se estén desarrollando y que se adecúen a lo dispuesto en la ley.
Pese a estos obstáculos, no te sientas amedrentado. Dado lo innovador que es el sector, las recompensas potenciales están a la altura de los riesgos que afectan al emprendedor. Existen incontables oportunidades para quienes estén dispuestos a hacer frente a los retos. No por nada, los descubrimientos que se realicen pueden cambiar por completo el mundo.
Un buen plan de negocio en nanotecnología es clave para echar a andar, en especial en cuanto a su componente científico y técnico. La base teórica que soporta las actividades o productos que se van a desarrollar tiene que estar muy bien expuesta. A los inversores les debe quedar claro qué vas a hacer, cómo lo lograrás y cuáles son sus fundamentos. De no hacerlo así, podrías despertar recelos.
También es esencial mostrar cómo se gestionarán los riesgos asociados a la investigación y al desarrollo. En función de tu área de interés (energía, materiales avanzados, medicina) existirán una serie de externalidades negativas y problemáticas que deben manejarse. Al estar bajo control, transmites que el proyecto es serio y que cuenta con los profesionales apropiados para llevarlo a cabo.
Relacionado con lo anterior, el equipo humano debe destacar por su competencia y amplitud de conocimientos. Hay que determinar los roles más importantes y las habilidades que impulsarán la investigación y el desarrollo. Esto abarca desde especialistas en el campo de la nanotecnología que te interese hasta expertos en marketing, quienes deberán transmitir adecuadamente el producto o servicio que vas a comercializar.
Por otro lado, no hay que olvidar el diseño de una propuesta de valor única. Aunque la innovación sea una constante, tu negocio tiene que diferenciarse de la competencia. Es la forma más sencilla de que los clientes te distingan del resto y te elijan. Procura encontrar aquella necesidad o punto de dolor que vayas a solucionar con el producto o servicio en desarrollo.
Más allá de los aspectos mencionados hasta ahora, el plan de negocios tiene unas partes imprescindibles. Sin ellas no llegarás muy lejos, pues quizás no transmitas la seriedad o seguridad que los inversores están buscando. De entre todos, debes trabajar a fondo estos tres elementos.
Si el plan no tiene unos objetivos y una meta, será como un camino hacia ningún lado. Por tanto, conviene que definas una hoja de ruta clara que los inversores puedan cotejar y que te sirva a ti y al resto de trabajadores como guía a la hora de actuar. Eso sí, procura ser honesto, realista y flexible, ya que la incertidumbre va a estar muy presente.
Cada objetivo estará respaldado con una investigación profunda de su viabilidad y se explicará con detalle. Asimismo, deja constancia de qué indicadores mostrarán si se están dando avances o no y qué harás para corregir los problemas que se presenten.
Este es un apartado común que comparte con cualquier plan de negocio. Al fin y al cabo, si no investigas el mercado, no sabrás si hay una demanda real de tu producto o servicio en el sector de la nanotecnología. Así que, de no efectuar tales labores, estarás mostrando que no sabes si alguien precisa lo que quieres producir. Los inversores verán esto con muy malos ojos y plantearán numerosas dudas al respecto.
Empieza por analizar las tendencias actuales, estudia a la competencia y pregunta a tu público objetivo. Ellos tienen una información clave, puesto que te hablarán de sus problemas y necesidades, justo aquello que tu negocio quiere solventar. Además, al recabar tales datos, estarás más cerca de hallar una posible ventaja competitiva.
La estrategia incluye las diferentes acciones que llevarás a cabo para alcanzar tus objetivos y metas. Al establecerla, indicas cómo solventarás los contratiempos que irán surgiendo en tu camino. Es decir, muestras que harás esto o aquello cuando se produzca tal o cual situación. Por supuesto, como en otros casos, no olvides la flexibilidad: no puedes predecir con certeza absoluta lo que va a pasar.
Este apartado puede dividirse en varios puntos que abarquen actividades como el marketing o la comunicación. En cada uno se mostrarán los canales que se emplearán para alcanzar al público o el tono general de la marca.
Como has podido ver, el sector de la nanotecnología es muy prometedor, pero tiene sus particularidades. En cualquier caso, necesitas un buen plan de negocio, uno que sea detallado y que tenga unos sólidos fundamentos científicos. Para saber más sobre este apartado de la economía, en Cámara encontrarás otros contenidos interesantes. ¡Adéntrate en sus peculiaridades!
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